No es algo nuevo cuando escuchamos que parte de los productos para la alimentación humana terminan siendo residuos. Y es que, según el instituto tecnológico agrario de Castilla y León, alrededor del 33% lo acaban siendo en Europa, ascendiendo en un 46% en el caso de las frutas y verduras. Es por ello, que hoy venimos a hablaros de la importancia de los subproductos alimentarios. ¿Qué son exactamente?
Los subproductos alimentarios son fuente natural que se obtienen de otros productos principales, resultando estos en productos secundarios útiles y comerciables. Además, podemos clasificarlos como subproductos de consumo humano o de no consumo humano.
Recuperar y reintroducir este tipo de subproductos en la cadena productiva hace que sea posible reducir el consumo de aquellas materias primas no renovables, así como minimizar el consumo de agua y/o energía para su producción. También, hace posible que la generación de residuos disminuya, contribuyendo a la mejora de la ecosostenibilidad de la totalidad de la industria agroalimentaria. ¿Suena bien verdad?
¡Pero ojo!, existe una gran diferencia entre aquellos productos que consideramos residuos y que llevamos a un vertedero controlado, de aquellos que realmente gestionamos como subproductos y de los cuales obtenemos un beneficio económico derivado de esa gestión.
Los subproductos podrían utilizarse para:
Con el objetivo de poder visualizar y entender mejor todo esto, os damos algunos ejemplos de subproductos y sus orígenes.
En primer lugar, las frutas y los vegetales. Como bien hemos mencionado anteriormente, ambos generan una gran parte de residuos. ¿Qué usos podríamos darles a estos residuos convirtiéndolos de esta manera en subproductos?
En segundo lugar, la carne. También existe la opción de obtener subproductos animales y además, desde un punto de vista biológico, la mayor parte de estos subproductos animales son aptos para el consumo humano. Siempre y cuando reciban un tratamiento adecuado. Algunos ejemplos son:
En tercer y último lugar, os damos también ejemplos de subproductos derivados de la pesca. Es importante recalcar que solamente el 50% de la mejor especie de pescado resulta comestible en forma de filetes o músculo de pescado. ¿Impactante verdad?
Todo lo demás; espinas, esqueleto, cabeza… se suele desechar y realmente estos restos contienen un alto contenido en proteínas. Por tanto, algún ejemplo de subproducto de pescado sería:
Podríamos hablar largo y tendido sobre el valor de los subproductos y de cómo y dónde obtenerlos. Pero sobre todo, es muy importante entender qué es y la repercusión que puede llegar a tener que todos nosotros normalicemos su uso y consumo. Al fin y al cabo, con pequeños granitos de arena se construyen grandes montañas que ayudan a cuidar nuestro medio ambiente. ¡Esta en nuestra mano! Y tú, ¿qué vida le das a los subproductos de tu actividad? Cuéntanos.