La huella ecológica es una manera de medir el impacto que los humanos ejercemos sobre el planeta. De manera más técnica, diríamos que es “la superficie ecológicamente productiva necesaria para producir los recursos consumidos por un individuo, así como la necesaria para absorber los residuos que genera”.
Dependiendo del estilo de vida que lleve cada persona, sus actos tendrán un mayor o menor impacto sobre el entorno. Si sabemos medir nuestra propia huella ecológica, podremos ser más conscientes del impacto que generamos y podremos reducirlo en mayor medida. Pero ¿cómo calcular nuestra huella ecológica?
Para poder calcularla, debemos tener en cuenta dos factores fundamentales:
Por tanto, conociendo estos dos datos, lo que habría que hacer es restar los recursos consumidos por persona de los recursos generados por el planeta, en un periodo de un año. Existen diferentes herramientas en internet disponibles para realizar dicho cálculo, como puede ser la calculadora del Global Footprint Network.
La medida que utilizaremos para calcular estos datos serán las hectáreas globales. ¿Por qué? Porque como bien hemos mencionado anteriormente, de este modo conoceremos la cantidad de terreno que resulta productivo y que se requiere para cubrir las necesidades del ser humano (individual o grupal). Si la cantidad de terreno “necesaria” por un individuo, supera la capacidad de regeneración por parte del planeta, estará habiendo un exceso de uso de recursos naturales. A continuación, se exponen una serie de recomendaciones que podrían ayudarnos a reducir la huella de carbono.
En relación con nuestra manera de vivir, dentro de nuestro hogar, podríamos llevar a cabo las siguientes iniciativas:
En segundo lugar, en cuanto a la manera de desplazarnos, se podría:
Finalmente, y aunque muchas personas lo desconocen, también podemos reducir nuestra huella ecológica controlando un poco más nuestra alimentación. Algunos ejemplos serían:
Los anteriores listados son algunas de las muchas propuestas que existen y que se pueden realizar de manera sencilla en nuestro día a día. Por ello, no es tanto la dificultad de poder contribuir sino la concienciación que exista por parte de la población. Qué me dices, ¿estás dispuesto a poner en práctica alguna de estas ideas para reducir tu huella ecológica?