Términos como “sostenibilidad”, “medio ambiente”, “economía sostenible”… están muy presentes en nuestro día a día. Sin embargo, aunque la intención más inocente es contribuir, muchas veces olvidamos que lo importante es entender. Para poder formar parte de una iniciativa, debemos conocer su significado, sus fines y su manera de proceder. Por eso mismo, para hablar hoy de desarrollo sostenible, debemos entender primero qué es la sostenibilidad.
“La sostenibilidad es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones, garantizando el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social” (Naciones Unidas, definición actual).
También, de manera más sencilla, podríamos decir que la sostenibilidad se refiere al equilibrio que se busca de una especie con los recursos de su entorno. Refiriéndose normalmente a la explotación de recursos por debajo del límite de renovación de estos.
Una vez comprendido esto, vamos un paso más allá y hablamos sobre el desarrollo sostenible. Es un concepto que busca alertar de las diferentes consecuencias medioambientales negativas del desarrollo económico y de la globalización. Además, busca dar posibles soluciones a los problemas derivados del crecimiento de la población y de la industrialización. Por tanto, diremos que busca alcanzar objetivos de desarrollo humano al mismo tiempo que busca sostener la capacidad de los sistemas naturales para que estos puedan proporcionar los recursos naturales de los cuales depende la economía y la sociedad.
¿Y por qué es tan importante entender qué es el desarrollo sostenible?
Porque una vez entendida la base, podremos ser capaces de contribuir de una manera adecuada y óptima. Por tanto, para alcanzar un desarrollo sostenible, debemos tener en cuenta tres pilares fundamentales. Los 3 pilares que, según las Naciones Unidas, conforman todo lo que engloba el “desarrollo sostenible”. Estos son:
Lo que persigue este objetivo es buscar un crecimiento económico que pueda generar riqueza de manera equitativa y sin perjudicar los recursos naturales.
En este escenario, la sostenibilidad logra también fomentar el desarrollo de las personas, comunidades y culturas. El fin es conseguir un nivel global de calidad de vida, educación y sanidad que resulte equitativo y adecuado.
Finalmente, el escenario ambiental busca enfatizar que la naturaleza no es ni mucho menos una fuente inagotable de recursos y vela por su protección y uso racional. Se proponen alternativas como la inversión en energías renovables, técnicas para el cuidado del medio ambiente, ahorro de agua, apuesta por la movilidad sostenible…
Estos tres pilares están interrelacionados y tienen el mismo orden de importancia para el bienestar de las personas y sociedad, siendo todos esenciales. Por tanto, ninguno puede quedar excluido si lo que se busca es lograr este equilibrio que da forma y significado a lo que bien hemos conocido por “desarrollo sostenible”. Y tú, ¿te sientes ahora mejor preparado para contribuir en estas prácticas?