Con el paso del tiempo, muchas áreas agrícolas han visto disminuir su productividad por diversas razones: falta de agua, poca fertilidad de los suelos, cambios climáticos, problemas de espacio… Y así es como han ido surgiendo alternativas tecnológicas que permiten cultivar productos de calidad durante todo el año. La hidroponía, también denominada cultivo sin suelo, es una de ellas. Pero no es algo nuevo. Esta técnica de cultivo se comenzó a emplear, de manera comercial, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando las tropas norteamericanas se enfrentaron ante un problema de abastecimiento de verduras. Y a partir de entonces, esta técnica ha ido evolucionando gracias a los avances tecnológicos.
Se puede hablar del arte de cultivar plantas sin usar suelo agrícola. Pero, ¿cómo es esto posible? Es una técnica muy sencilla y de bajo costo. Consiste en reemplazar el suelo por un sustrato inerte donde los nutrientes necesarios para la vida de la planta son aportados mediante el riego. Asimismo, también constituyen cultivos hidropónicos aquellos que se cultivan únicamente en agua con nutrientes.
Aunque todavía no tiene un uso masivo, cada vez hay más seguidores de esta práctica en todo el mundo. Y son muchos de ellos los que estiman que la hidroponía será la técnica de cultivo empleada en tiempos de falta de recursos, pues ya hay proyecciones sobre la escasez de alimentos y de agua para las generaciones futuras.
En un sistema hidropónico se puede cultivar todo tipo de plantas, como hortalizas, flores, condimentos, plantas medicinales, plantas ornamentales, pasto para forraje e incluso cactus. Por ello, esta técnica de cultivo podría ser una solución frente a este posible panorama futuro.
Cabe señalar la existencia de diferentes tipos de sistemas hidropónicos y, desde Orizont, queremos explicarle algunos de los más empleados, económicos y productivos:
Se cultiva empleando sustratos inertes y sistemas de riego por goteo o exudación. Entre los sustratos más comunes se encuentran la perlita, la lana de roca y la fibra de coco. El más empleado y más económico es el sistema por goteo, donde el agua con los nutrientes se deposita a través de unos goteros.
No hay sustrato para el desarrollo del cultivo. Por tanto, se produce únicamente sobre el agua mediante distintos sistemas. Algunos de los más conocidos son los sistemas NFT y los sistemas DWS. Los primeros hacen referencia a la “técnica de lámina de nutrientes”, donde una fina capa de agua con nutrientes resbala por una bandeja bañando así las raíces. Y los últimos emplean la técnica de la inmersión, ya que las raíces están siempre sumergidas en el agua con los nutrientes.
Constituye el último avance en el cultivo. La raíz cuelga libre en el aire en un depósito o contenedor, donde se aplica la solución nutritiva mediante una lluvia de alta presión, en forma de aerosol.
Vía foto: Agronegocios