Hoy en día, los avances en agricultura y tecnología se suceden a un ritmo vertiginoso. De hecho, está cada vez más extendido el uso de soluciones tecnológicas para lograr una agricultura sostenible que conlleve a la máxima eficiencia en el uso de recursos naturales y que ofrezca un ahorro en costes.
Estos avances tecnológicos de los que hablamos están permitiendo desarrollar la agricultura de precisión, la cual busca una mayor eficiencia en el cultivo mediante la gestión agronómica. Y esto supone una combinación de una administración eficiente y rentabilidad en las explotaciones.
El análisis de imágenes en agricultura y terrenos se puede remontar al siglo XIX y su uso era, principalmente, bélico. Se instalaron cámaras en aviones y globos aerostáticos y a partir de ahí fue cuando se reconoció como un recurso muy valioso para el sector primario. De ahí en adelante, se fueron sucediendo avances en tecnología fotográfica. En la década de los 70, se llegó al punto álgido descubriendo la imagen multiespectral. Así se capturaban las imágenes en infrarrojos e ultravioleta, lo que aportaba una serie de datos añadidos de gran valor. Sin embargo, este no fue el punto más álgido, ya que el salto adelante llegó en los años 90 con la tecnología hiperespectral. Gracias a esta, el nivel de detalle aumentó exponencialmente.
La tecnología hiperespectral es un ejemplo perfecto de esta agricultura de precisión. Se basa en la recopilación de todos los espectros de luz de una imagen o escena, que actúan como sensores químicos y permiten la diferenciación de un objeto mediante su composición química.
La agricultura es un terreno donde cada vez se están utilizando más los sensores, sondas y cámaras que trabajan con esta tecnología hiperespectral, ya que tiene grandes beneficios. Permite detectar carencias nutricionales e identificar plagas y enfermedades antes de su propagación en el cultivo, entre otras.
Por ejemplo, ante la detección de una plaga, la tecnología hiperespectral es clave en cuanto al tiempo. Generalmente, el agricultor debe acercarse directamente hasta la cosecha para poder percibir la plaga. Teniendo en cuenta que el tiempo que se invierte en revisar una plantación puede ser mayor que el que necesita la plaga para asentarse, son necesarias las fotografías hiperespectrales. Gracias a estas, el síntoma puede detectarse mucho más rápido, teniendo la posibilidad de actuar a tiempo para salvar la cosecha.
Esto es solo un ejemplo de cómo la agricultura confía en la tecnología cada vez más. De hecho, en Orizont tenemos proyectos con varias empresas de tecnología, ya que consideramos que son ellas quienes permiten que se desarrolle esta agricultura de precisión. FuVeX y Bioagro son algunas de ellas. FuVeX ha desarrollado un dron económico, fiable, con gran autonomía y de fácil manejo que tiene la capacidad de ahorrar un 30% a las explotaciones agrícolas mediante el uso de sensores que recogen información de las plantas. Y Bioagro lleva a cabo una tecnología para que el agricultor pueda controlar su explotación a través de un dispositivo conectado a su móvil o tablet. Tienen unos sensores colocados bajo tierra que miden distintos parámetros de la tierra de cultivo: luminosidad, nutrientes, humedad… El dispositivo recoge toda la información sensible y la manda a la nube, y el agricultor se conecta a esta para acceder a los datos. Este proceso sucede a tiempo real, lo que permite, una vez más, controlar cualquier adversidad.