Antes de los drones, los alimentos 4.0 o el Big Data, ya se habían creado una infinidad de maquinarias, productos y tecnologías que supusieron una auténtica revolución para la agricultura. En concreto, hay cinco descubrimientos que marcaron un antes y un después en este sector agroalimentario, y hoy en nuestro blog queremos contaros cuáles son. ¡Tomad nota!
El riego tecnificado. El riego por goteo es mucho más antiguo de lo que muchos podamos creer. Desde la antigüedad se utilizaban vasijas de arcilla llenas de agua que se enterraban en el suelo con el objetivo de que el agua se fuera filtrando poco a poco a través del suelo. Sin embargo, el riego por goteo que conocemos en la actualidad no surgió hasta finales del siglo XIX en Alemania.
El arado. Esta herramienta de labranza utilizada para abrir surcos y remover el suelo antes de sembrar data del 3500 antes de Cristo. Fue la revolución del pico y la azada tradicional. Al principio, estaba tirado por bueyes y, más tarde, por tractores. Su introducción en la agricultura significó una reducción de tiempos de siembra y jornadas de trabajo, dando lugar a una mayor producción alimentaria.
La plasticultura. Esta práctica permite el cultivo aprovechando los beneficios del plástico, ya sea para la protección de determinados cultivos de las precipitaciones o condiciones climáticas adversas (sol, viento, heladas…), como para la regulación de la temperatura.
Los invernaderos. Los primeros se localizan en los Países Bajos alrededor de 1850, para el cultivo de uvas. El uso de cristal incrementaba la temperatura en climas fríos aumentando la producción, es decir, descubrieron que las plantas crecían más rápidamente cuando se les daba más luz y cuando el entorno cálido era constante. En España, debido a las condiciones climáticas de la costa mediterránea, se desarrolló más tarde. Almería fue pionera en nuestro país. De hecho, hoy en día, casi toda su superficie de costa está cubierta por el llamado “mar de plástico”, una de las pocas construcciones visibles desde el espacio.
Los abonos orgánicos. Se trata de la mezcla tradicional de estiércol, restos de cosechas y lodos de depuradoras, que se aplica al terreno con el objetivo de elevar la temperatura del suelo para favorecer la formación y desarrollo de raíces. Aunque existen los fertilizantes inorgánicos, el uso de abono orgánico en las cosechas no para de crecer gracias a la demanda de alimentos saludables para el consumo humano.
Aunque estos inventos revolucionaron el sector hace muchos años, la innovación sigue siento un pilar fundamental para la agricultura. Desde Orizont trabajamos para apostar por nuevos productos, maquinarias o tecnologías que favorezcan el sector. El tiempo dirá si entre nuestros proyectos se encuentra el próximo gran descubrimiento que revolucionará la agricultura en los próximos años.
¡Aún queda mucho por hacer!